Lluvia, una simple palabra, el placer más simple que me pueda imaginar, efímero, simple fenómeno natural que, por su desarrollo asombra e hipnotiza. La lluvia, danza perfecta, la coreografía más grande y única, en ocasiones suave, tímida, en otras salvaje, con carácter, destructiva.
Los días con lluvia son de mis favoritos, el verla caer, escuchar el sonido tan particular que me envuelve cuando duermo, el presenciar la caída de cada gota una tras otra, kamikazes de la naturaleza.
Me gusta ver la lluvia caer, a tu lado vi muchas lluvias, a tu lado no las disfrute tanto, ahora, que ya no estás, pienso recuperar todas y cada una de esas que me perdí, todas esas lluvias que no mire, por verte a los ojos, ojos en los que creí y al final mintieron. Duele mucho ponerse el paraguas de la estupidez, pensar que jamás me volvería a mojar una lluvia porque tú no te podías mojar, ahora me entero que vas empapada por la vida, presumiendo una felicidad que no te corresponde, presumiendo en calles ajenas la ropa mojada que me quitaste. Hoy mismo botare el impermeable, aquel que me protegía de la lluvia, hoy dejare que la lluvia me moje con su sensatez.
Hoy me dispongo a quedarme dormido viendo la lluvia caer.
¿alguien que quiera mirar a mi lado?
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| por all-i-oli |
Lluvia, una simple palabra, el placer más simple que me pueda imaginar, efímero, simple fenómeno natural que, por su desarrollo asombra e hipnotiza. La lluvia, danza perfecta, la coreografía más grande y única, en ocasiones suave, tímida, en otras salvaje, con carácter, destructiva.
Los días con lluvia son de mis favoritos, el verla caer, escuchar el sonido tan particular que me envuelve cuando duermo, el presenciar la caída de cada gota una tras otra, kamikazes de la naturaleza.
Me gusta ver la lluvia caer, a tu lado vi muchas lluvias, a tu lado no las disfrute tanto, ahora, que ya no estás, pienso recuperar todas y cada una de esas que me perdí, todas esas lluvias que no mire, por verte a los ojos, ojos en los que creí y al final mintieron. Duele mucho ponerse el paraguas de la estupidez, pensar que jamás me volvería a mojar una lluvia porque tú no te podías mojar, ahora me entero que vas empapada por la vida, presumiendo una felicidad que no te corresponde, presumiendo en calles ajenas la ropa mojada que me quitaste. Hoy mismo botare el impermeable, aquel que me protegía de la lluvia, hoy dejare que la lluvia me moje con su sensatez.
Hoy me dispongo a quedarme dormido viendo la lluvia caer.
¿alguien que quiera mirar a mi lado?
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