Klonher™

Enero ya es historia, febrero es una enfermedad de consumismo, emociones comparadas y revolcadas,  la casualidad vestida de regalo, el regalo ocultando infidelidades, emociones tempranas y palabras que se dicen sin sentir.

Febrero, la marca perfecta para vender una emoción tan efímera y banal como el mismo mes, la cobardía tras una tarjeta, una rosa o un animal de felpa, la grasa contenida en los chocolates explotan en un millón de gracias, que por muy caro que sea el chocolate aun sigue engordando, triste paradoja, te quiero porque me gustas, y porque me gustas te destruyo.

El punto de vista es variado, pues para quien tiene pareja temprana, es la fecha ideal para intentar llegar un poco más lejos al faje de secundaria, para quien la pareja es mas añeja, fecha ideal para darse su prueba de amor, para las almas consolidadas, solo un día mas en la cual la cena es el protagonista principal.

Los solteros son quien más goza, riendo de los cursis, ayudando a los quebrados, y sufriendo mientras, algunos con amor comprado, otros con amor sincero se acompañan por ni estar solos.

Aquellas personas que comparten con la persona indicada, no se quedan de brazos cruzados, son mas detallistas, pues los regalos, son mas simbólicos que objetos materiales, la cena bien preparada, con el vino en la mesa y dos velas, pueden hacer lo que ningún lugar con los más exquisitos platillos podría; un simple momento de disfrutar en pareja, mirando en el televisor la película que mas les gusta, con el clima frio como pretexto para estar acurrucados en el sillón con una manta sobre los dos.

En esta fecha que mas allá de fomentar el amor y la amistad, nos hacen gastar en obsequios hipócritas, intercambios en la oficina, de los cuales siempre nos quejamos, aprovechemos y no le demos a todos algo, mejor dar algo de corazón y que de verdad se sienta, aunque no necesariamente tengamos que esperarnos a esta fecha, pues amigos y amantes los tenemos todos los días del año.