Mucho tiempo paso para que superara aquella perdida, aquella
cosa que atesore casi con el alma, me llevo el mismo tiempo poder superarlo,
ahora me doy cuenta, mirando hacia a atrás, que mal estuvo, pienso si le
hubiera dedicado esas fuerzas, ese tiempo y esa concentración a otras cosas
menos importantes pero mas viables, otra cosa hubiera sido, no negare que me dolió,
como cuando te pegas en el dedo meñique del pie con la cómoda, si, ese dolor
que nos tenemos que aguantar por que no queda mas.
Pase mucho tiempo haciendome muchas ideas, entre la
bi-polaridad del que si regresabas y el no me mereces, gaste muchas mas energías en odiarte,
y perdí mucho mas tiempo del que pase a tu lado; lo admito fui un imbécil.
Ahora me doy cuenta que gaste mucho en superar lo que era
inevitable, pero no me arrepiento, pues aprendí muchas y al final del día, no
podré recuperar el tiempo que invertí en ello, el lamentarlo no me devolverá
los 6 años perdidos, incluso no me quitará la experiencia que adquirí para superar
las grandes perdidas. Simplemente, si nada de eso hubiera pasado no estaría aquí,
donde estoy, haciendo lo que hago y con quien lo hago.
Aprendí que nos cuesta mucho trabajo aceptar que perdimos,
que la cultura nos enseño a que si dejamos de luchar somos mediocres, pero hay
veces en las que perder es la única opción, estamos para tomar decisiones, no
para saber si son buenas o son malas, de hecho, solo son decisiones, afrontar
el resultado y sacar la mayor de las ventajas a las situaciones que resulten, esa
es la mejor decisión que puedas tomar.
Cuesta trabajo mirar atrás y aceptar que las cosas ya sucedieron, que la utilidad del pasado esta en que se queda atrás, cuesta trabajo
aceptar que perdimos, pero hay ocasiones que para ganar, hay que perderlo todo!
No temas a la derrota, por que al final vas a perderlo todo.
Etiquetas:
pequeños relatos,
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