La parte mas difícil de las cosas es el final, dicen; si no duele no aprendes, no me culpo por haberte conocido, note culpo por haberte involucrado conmigo, me duele el no poderte decir adiós, de frente y mirándote a los ojos.
El final del día, como todos fue duro, como una bofetada en la cara, como el verano, lleno de emociones y de decepciones, insípido, medio nostálgico y poco mágico. Aparentemente sin lecciones, sin controversia, uno más al calendario, no te dije adiós cuando supe que te irías, porque sabía que te volvería a ver, pero eso nunca paso y dudo que pase.
Las palabras de aliento no sirven de nada, simplemente no te dije adiós, eso es lo que me duele, no poder haber cerrado un circulo que, para mi fue importante, tal vez para ti no, ahora no me importa saber que prioridad le diste a mi amistad, al cariño de amigo que te brinde, se fue a la basura tal vez, uno mas de tus arrebatos de niña boba, que te aguante tu madre que yo no lo pienso hacer, palabras que con el viento de otoño se van, junto a mi expectación de ver tu rostro lleno de ganas de alejarte, fue tu decisión no la mía, la respeto pero no se me hace justa, en el tiempo encontrare el momento de despedirte, sin ti y sin mi, sin el adiós.
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pequeños relatos
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