Regresar… la palabra preferida de los perdedores, pero en esta ocasión relata algo diferente, fue opción en un tiempo, desaprovechada en su momento, ahora no es considerada, la vida siguió y el la perdió.
No fue opción, en el ultimo encuentro, ni si quiera fue tomada en cuenta, cerrar círculos, estar en paz con el alma y la conciencia, ella dijo. El libreto cambio, las líneas no fueron memorizadas, todo fue un completo desastre, las ganas de querer hacer bien las cosa se fueron, junto con el sol al atardecer, el agua de las fuentes fue fluida, como las ganas de no volver a verle jamás, no celebrarán un cumpleaños, el año nuevo será un día mas en el calendario gregoriano marcado en rojo. La sangre se coagulo, el instinto se perdió.
Las palabras no se escucharan más, pues ya no más se dirigirán a ella, ¿Qué cambio? ¿Que se hizo mal, para que cuando menos se pensara el destino diera la espalda a aquel que siempre confió en él?, el tiempo será, no mas que una medida interminable, la cuantificación de lo infinito, el mal estar diario de ver pasar las horas y no encontrar un motivo suficientemente claro y fuerte, para que regresara, ella, la que con sola presencia cambiara el existir, el percibir el mundo, la manera de despertar cada mañana.
Regresar ahora ya no es opción, regresar no es mas que una palabra que olvido, regresar, la forma de vida, la manera de caminar, el simple hecho de respirar junto a ella, regresar es solo la utopía vista en la epifanía que no será jamás, regresar, un espejismo del corazón, la falsa alternativa del sentimiento, regresar, la razón de la sinrazón.
Regresar, es lo que quiero.
Etiquetas:
pequeños relatos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)